Sepulcros Blanqueados
Sepulcros Blanqueados
En
el capítulo 23 del evangelio de Mateo encontramos las exhortaciones que Jesús
les hace a los fariseos de manera puntual, de muchas que hay una de ellas llamo
mi atención y es precisamente la que se encuentra en el v. 27-28 » ¡Ay de
ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros
blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de
huesos de muertos y de podredumbre. Así también ustedes, por fuera dan la
impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de
maldad.
En
aquellos tiempos Los sepulcros estaban pintados con una mezcla de marfil y cal
viva para darles un aspecto más agradable, y evitar que los peregrinos judíos
se contaminaran al tocarlos accidentalmente.
Pero
a pesar de su atractivo exterior, en el interior estaban llenos de mortandad e
impurezas.
LEER
Todas estas exhortaciones me hace reflexionar en mi vida como creyente, como
esta mi corazón delante de Dios? Soy lo mismo por fuera que por dentro? O aparento ser una bondadosa
y humilde persona, cuando en el exterior hay maldad?
Nada
hay oculto para Dios, el juzgara hasta las intenciones del corazón, que somos
delante del eterno y sublime Dios en este momento? Como nos estamos
comportando?
Que
somos cuando delante de todos, hablo bondad y gozo pero lejos de estos soy
totalmente diferente de lo que aparenté ser? A caso seré como estos? Jesús es tácito
cuando les dice en el v. 23» ¡Ay de
ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus
especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más
importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad.
Debían haber practicado esto sin descuidar aquello.
Cuando
así actuamos somos unos ¡Ciegos insensatos! Buscando la manera de agradar a
nuestro Padre dando de lo que tenemos cuando lo que tenemos en realidad es un corazón
lleno de oscuridad y muerte, hermanos no podemos seguir siendo iguales si ya Jesús
nos ha encontrado, debemos morir a nuestro ego, a nuestro yo, a nuestra
naturaleza vieja y comenzar a vivir para Cristo, si actúas de la manera que
Dios necesita que obres entonces el promete en su palabra que:
Si así procedes,
tu luz despuntará como la aurora,
y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
y la gloria del Señor te seguirá.
tu luz despuntará como la aurora,
y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
y la gloria del Señor te seguirá.
Isaías 58:8
Hoy es necesario blanquear y purificar el alma y
el corazón a través de la sangre de Jesús, el autor y consumador de nuestra fe,
si en Él ponemos nuestra confianza, jamás nos avergonzará.
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