Morir para volver a vivir.
Ayer
por la mañana mientras leía el libro de Juan me encontré con la enseñanza del capítulo
12 vs 24 que cita Ciertamente les
aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero
si muere, produce mucho fruto.
Leer estas palabras de Jesús me hizo recordar el
llamado que me hizo hace cierto tiempo y me pregunte: ¿realmente he perdido mi
vida a causa de la de él? Comencé entonces a leer nuevamente y decidí
documentarme acerca de la germinación de las semillas, escuchando algunos
documentales aprendí que realmente el grano de trigo una vez que cae en tierra
muere para poder dar el fruto que da en sus manojos, no saben la cantidad de
granos que puede producir uno solo que se siembra y guardando silencio ante el
Señor, el ministro a mi vida diciendo;
Tú eres un
grano de trigo, cuantos granos has producido? un solo creyente que muera debe
producir una cosecha, enseñándome que cada vez que morimos obtendremos frutos, la
semilla una vez caída en tierra se desprende de su concha y brota una nueva
planta para dar fruto en abundancia, porque no se ha visto jamás que siembre un
solo grano para cosechar uno.
Ahora bien
cuáles son esas cosas a las cuales debemos morir para dar fruto en abundancia,
hermanos realmente no servimos para alimentar a nadie sino damos frutos, El versículo
25 del cap 12 dice: El que se apega a su vida la pierde; en
cambio, el que aborrece su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna. Pablo
nos dice en gálatas 2:20 He sido
crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que
ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y
dio su vida por mí.
Una vez que aceptamos al Señor podemos decir que
hemos perdido nuestra vida a causa de él, que LA perdemos POR seguirlo a él. Amigos debemos
morir a las actividades incorrectas que dañan la buena cosecha, andemos en el espíritu
y alimentemos esa área de nuestra vida, matando nuestra carne a diario y
sirviendo a las cosas que son de Dios. Gálatas 5 :16-25(TLA) nos explica algo
muy puntual respecto a morir .
…Obedezcan al Espíritu de Dios, y así no
desearán hacer lo malo. 17 Porque los malos deseos están en contra de lo que quiere el
Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de los malos deseos. Por lo
tanto, ustedes no pueden hacer lo que se les antoje. Pero si
obedecen al Espíritu de Dios, ya no están obligados a obedecer la ley.
Todo el
mundo conoce la conducta de los que obedecen a sus malos deseos: no son fieles
en el matrimonio, tienen relaciones sexuales prohibidas, muchos vicios y malos
pensamientos. Adoran a dioses falsos, practican la brujería y odian a los
demás. Se pelean unos con otros, son celosos y se enojan por todo. Son
egoístas, discuten y causan divisiones. Son
envidiosos, se emborrachan, y en sus fiestas hacen locuras y muchas cosas
malas. Les advierto, como ya lo había hecho antes, que los que hacen esto no
formarán parte del reino de Dios.
En cambio, el
Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en
paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás,
tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No
hay ley que esté en contra de todo esto. Y los que somos de
Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos
deseos.
Si el
Espíritu ha cambiado nuestra manera de vivir, debemos obedecerlo en todo. No seamos
orgullosos, ni provoquemos el enojo y la envidia de los demás por creernos
mejores que ellos.
Hermanos como dijo pablo He sido crucificado con Cristo, y ya no
vivo yo sino que Cristo vive en mí. Practiquemos púes las cosas del espíritu
y muramos de una vez por todas a lo que no nos hará germinar y dar fruto al
ciento por uno, recuerde que Jesús dijo: Toda rama que en mí no da fruto, la corta;
pero el consejo más importante que afirma Jesús acerca d esto es que : Así como
ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la
vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. juan
15:4 .
Entonces hermanos hagámonos esta pregunta,
cuanto fruto hemos producido? Según tu respuesta, entonces ve con tu Señor
nuevamente pídele morir y deja tu vida
para comenzar a vivir para él. Así producirá el fruto que Dios te pide tener. Conviértete
en un grano de trigo, ríndete ahora mismo al Señor tu Dios, MUERE Y VIVIRAS
PARA Cristo!
Dios te bendiga
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