Muchas veces no entendemos lo necesario de nuestros errores y lo importante que es crecer espiritualmente, esto me hace recordar que debemos ir desarrollándonos mediante la voluntad y al tiempo de Dios. Eclesiastés 3:1 cita que todo tiene su momento oportuno, hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo. Somos como árboles plantados, que deben ser procesados en diferentes estaciones para llegar a ser un árbol fructífero y fuerte y para eso también hay un tiempo, es necesario pasar por cambios de ciclos como la primavera, el otoño, el verano y porque no el invierno, para poder llegar a ser lo que necesitamos ser al final de este. De estas estaciones hay dos en particular que llaman mi atención y es el otoño y la primavera, en otoño el árbol deber soltar todas sus hojas para recibir la hermosa primavera, así es nuestro crecimiento, pasa lo mismo con nosotros es importante dejar caer toda hoja que no necesitemos: problemas, situación, frustración, pecado…, para que así ve
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